Tiempo estimado de lectura: 4 min
Comienza el otoño y muchos de nosotros vemos nuestra piel morena, pero a la vez seca y sin luminosidad. Esta clara agresión en nuestra piel es debida (en gran medida) a factores externos como el exceso de exposición solar, la exposición al agua de mar, la exposición a los químicos del mantenimiento del agua de piscina; como también es debida a las malas decisiones en cuanto a alimentación se refiere.
¿Por qué la piel se broncea?
La piel adquiere una tonalidad morena como medida de protección frente a la radiación UV del sol. Los rayos UV pueden quemar la piel, dañar el ADN de las células epidérmicas y reducir su elasticidad, favoreciendo así el envejecimiento prematuro.
La piel se defiende de los rayos UV sintetizando una variedad de pigmentos, donde el más conocido es la melanina. Estos pigmentos absorben la radiación UV, transformándola en calor. Hay varios tipos de melanina:
- Eumelanina (pigmento de color pardo y el más común)
- Feomelanina (pigmento de color amarillo o rojo-pardusco)
- Tricocromo (pigmento de tonos rojos y marrones)
La distinta proporción de ambos tipos de melanina es lo que da origen a los múltiples matices de color de la piel de las personas.
Duración del bronceado
La melanina se fabrica en las células epidérmicas llamadas “melanocitos”, en las capas más profundas de la epidermis. A medida que las células con melanina van avanzando hacia la superficie (proceso de queratinización) y éstas se van desprendiendo, nuestro moreno va desapareciendo.
¿Cómo tratar una piel bronceada a la llegada del otoño?
Una piel bronceada o muy expuesta al sol en la etapa estival está también dañada por todos los excesos que lleva consigo el verano. Por ello, para que vuelva a brillar y a verse bonita y, sobre todo, sana, aquí os dejo tres consejos:
- EXFOLIACIÓN
Al exfoliar tu piel, eliminarás las células muertas superficiales. Esto favorece la regeneración de la piel, además de permitir que tu piel esté más bonita, suave y que sea más permeable frente a la posterior aplicación de productos hidratantes y aceites corporales.
- HIDRATACIÓN
La piel dañada necesita un extra en cuanto a hidratación se refiere para combatir la sequedad que nos ha dejado el verano.
- Evita jabones líquidos con SLS (ya que deshidrata la piel al eliminar la grasa natural de la piel), opta mejor por jabones naturales y sólidos (contiene agentes de lavado más suaves con tu piel y además se componen de un extra en aceites y mantecas).
- Busca productos hidratantes con alto contenido en aceites y mantecas, ya que son especialmente hidratantes y nutritivos para nuestra piel.
- Bebe al menos un litro y medio de agua, ya que también es importante hidratar la piel desde dentro.
- NUTRICIÓN
La nutrición es un factor clave a la hora de regenerar nuestra piel, ya que, al eliminar las células muertas de las capas superficiales de la epidermis, activa el proceso de queratinización de la piel.
Tener una dieta equilibrada es la clave, pero para tener una piel sana es necesario que en nuestra dieta haya especialmente:
- Aminoácidos (proteínas). Son necesarios en la regeneración de la piel.
- Ácidos grasos omega-3. Estos ácidos reparan las membranas de las células dañadas para que la piel cobre una mayor resistencia frente a las agresiones internas y externas. Además, al ser humectantes, tienen la capacidad de revitalizarla cuando se reseca.
- Vitaminas (C, A, B12). Las vitaminas C y A son cofactores en la síntesis de colágeno y la vitamina B12 evita la hiperpigmentación reversible.
- Cofactores como el zinc, el hierro, el cobre y el magnesio, implicados en la síntesis de colágeno y de queratina.